Caminaba por la Avenida Cervantes de Tegucigalpa y un señor me saludó en forma cariñosa y entre lágrimas y sonrisas y me
dio un fuerte abrazo. Con voz temblorosa
expresó “tenemos que hacer algo por cambiar este país “.
En un breve relato me manifestó
ser contador y jubilado cuyo trabajo lo realizó durante casi cincuenta años en una empresa estatal y agregó en forma enfática, “este país no va a cambiar, mientras no eliminemos la corrupción. La he visto pasar ante mí disfrazada de honradez,
arrogancia e impunidad. Confieso que he tenido miedo, y llevaré hasta mi tumba ese cargo de conciencia por no haberla denunciado;
pero sólo Dios sabe los momentos de terror que pasé con las amenazas a mi vida personal y familiar. Sin embargo nunca toque un centavo de las arcas nacionales”.
Con tristeza añadió: “mi pensión después de trabajar casi medio siglo es de siete
mil lempiras mensuales. Mientras los que no trabajan y desconocen los asuntos de esta empresa tienen salarios exorbitantes.
Sentimos inseguridad, porque se anuncia una quiebra de esta institución, lo cual amenaza nuestro
plan de pensiones y jubilaciones”.
Sus palabras me motivaron para reflexionar acerca de lo contable; ofrezco disculpas a los lectores por hablar
de un campo que no conozco; pero que considero fundamental para que todos los ciudadanos, desde las familias humildes hasta
las mas encopetadas, se interesen por aprender los aspectos básicos de la contabilidad y puedan valorar sus gastos personales, familiares y ser observadores del manejo de
las cuentas del Estado.
Se atribuye el origen de la contabilidad a Fray Luca Paciolo, 1445- 1514.
Monje de la orden de San Francisco de Asís, quien vivió en su juventud en Venecia.
En la terminología jurídica italiana se adopta del francés las palabras
“comptabilité y comptable” que se refiere a la “responsabilidad en el manejo de las cuestiones económicas,
dinero, mercaderías y valores en general” (Miguel Angle Ale, Manual de
Contabilidad Gubernamental 2001).
Me atrevo a conceptualizar la contabilidad
como: la conjugación del arte y la ciencia social en forma interdisciplinaria con otros campos que se caracteriza por
la comunicación e información organizada,
sistemática y responsable, de las actividades financieras de los individuos,
las empresas, (públicas o privadas) por lo cual se relaciona con los impactos económicos, políticos jurídicos ambientales y sociales . Elabora y procesa la información mediante la investigación
cuantitativa, cualitativa, en forma lógica, objetiva y sujeta a la verificación para plasmarla en informes o estados financieros
de las personas, empresas privadas o gubernamentales con el objeto de contribuir en forma transparente y ética en la gestión, control, y toma de decisiones;
así como en la formulación políticas y diseño de
los planes estratégicos.
Con el objeto de garantizar a las generaciones presentes
y futuras un ambiente saludable se fue estableciendo una relación interdisciplinaria entre la ecología y la economía surgiendo
así una nueva disciplina: la Contabilidad Ambiental,
que es la sistematización en términos monetarios, cualitativa y cuantitativa de los recursos naturales que existen en determinado
momento; para compararlos con otro momento histórico y hacer un balance en forma ética sobre el deterioro
o conservación de la naturaleza, biodiversidad y el impacto con respecto al desarrollo
sustentable.
En la contabilidad histórica de nuestra vida como
país necesitamos hacer un balance responsable y ético de lo que ha significado no sólo los gastos sino el impacto ambiental
social de las industrias extractivas mineras, monocultivos (banano), utilización de plaguicidas, camaroneras, concesiones
bochornosas, tratados comerciales desiguales, armamentismo, guerras, tala criminal del bosque y la corrupción con la consecuente fuga de capitales, la enorme deuda ecológica de los países dominantes, la muerte y enfermedad de los bosques, manantiales ,quebradas
, ríos, suelos, aires y cuencas.
Este desbalance inmoral nos ha ocasionado pérdida de la cultura e identidad nacional, extrema pobreza que se refleja en los cuerpos
consumidos y famélicos de niños, niñas y mujeres cuyo albergue es la calle, donde comparten los alimentos -en los basurales-
con los zopilotes y los sueños con las cucarachas y ratas, al dormir bajo los
puentes. Cuando históricamente se ha vendido la patria, no sólo se cede la tierra sino se venden los cuerpos por un puñado
de dólares.
****vía no existe una forma de contabilizar los
siglos de humillación y el sufrimiento, pero sí existe la esperanza de recuperar
la dignidad y la cultura avasallada por la acumulación histórica del capital de la globalización inhumana.
Los megaproyectos: la industria minera metálica,
el proyecto turístico de Tela que desplaza a la cultura garífuna, la deforestación por la tala del bosque, la construcción
de la represa del Tigre, el desalojo de los campesinos y de los pueblos indígenas, la privatización del agua, la salud,
la educación, la comunicación y el tratado de libre comercio (TLC). Su objetivo no es la vida.
Se requiere la unidad y movilización social para construir un proceso de transparencia, libre de corrupción y tomar
conciencia de que la contabilidad debe estar al servicio de la vida y no del
capital. Así podremos “hacer algo por cambiar este país”.
Tegucigalpa, octubre, 2006.